Cada 8 de marzo, en el mundo se conmemora el Día Internacional de la Mujer. Una fecha establecida de manera oficial por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para recordar la lucha por la igualdad femenina en todo el mundo.
En marzo de 1908, la historia del trabajo y la lucha sindical a nivel global volvió a pegar un giro y abrió camino a lo que vendría después: 129 mujeres murieron en un incendio en la fábrica Cotton, de Nueva York, Estados Unidos, luego de que se declararan en huelga y con permanencia en su lugar de trabajo.
Esas mujeres buscaban una reducción en su jornada laboral que por entonces era de 12 horas, un salario igual al que percibían los hombres frente a la misma actividad (la mujer ganaba entre un 40% y un 60% menos) y mejorar las malas condiciones de trabajo que padecían.
Ese día, no fueron las únicas mujeres en hacer huelga. En total, había unas 40.000 mujeres protestando. Pero las chicas de Cotton decidieron quedarse en su lugar de trabajo.
El dueño de la fábrica ordenó cerrar las puertas del edificio para hacerlas desistir de la protesta y lograr así que esa mujeres se fueran del lugar. Sin embargo, no solo no se fueron, si no que el resultado final de esa acción terminó con las obreras muertas en un incendio.
Con una representación simple pero conmemorativa, se realizó un pequeño acto donde se mostró la historia de estas valientes mujeres.